sábado, 20 de agosto de 2011

CAPITULO 3


Salimos a la calle y eran las diez de la noche, era viernes. Esa noche teníamos botellón en el parque, pero no tenía ni un duro. Suponía que me tocaría liarme con algún chico, porque si no volvería a casa igual de fresca.
Mi madre no se preocupaba mucho por mí, además ya lo tenía asumido.
Tenía ganas de disfrutar a tope de la noche, ya no nos quedaban muchas noches juntas si Helena se marchaba. Llevaba puesto un vestido negro, con bastante escote, el pelo me lo recogí en una trenza y me marquè mucho los ojos. Mis tacones median ocho centímetros, tenía complejo de enana. Helena era más atrevida a la hora de vestir con colores, ella era más de flores pero esa noche no me impresionó. Unos pitillos y unas zapatillas, bien cómoda iba.  En el pelo se puso un pañuelo rojo y me susurrò al oído que tenía un regalito en el bolso. Era un colgante. Que lo íbamos a llevar las dos. Un corazón en dos trozos. Uno para cada una.
Llegamos al parque, mogollones de coches con las puertas abiertas hacían que sonara música.
Nos acercamos a donde Samanta y Lucia, llevaban vodka negro con coca cola, después de pasarnos unos tragos Samanta se quedò con Helena y Lucia me pidió que le acompañara a donde unos amigos. Llegamos a donde ellos y me los presentó: Mario y Carlos. El que más atención me llamò fue Mario, era de pelo rubio, llevaba unos pitillos y una camiseta de Jart. Me gustaba su estilo. El otro, Carlos era un delgaducho de mala pinta, además de feo y grosero.
Mario me empezó a hablar:
-¿Y cómo es que una chica como tú, se acerca por estos alrededores?
-No es necesario que me digas que soy demasiado elegante- le contestè con un tono irónico.
-¿Y bueno Sandra, así te llamabas no? Entonces, me dices que eres una de esas niñas del colegio Santa Clara, con cuadritos, y que le da miedo decirle a mama que a la noche  ha estado con muchos chicos.
-Si me estas llamando guarra, estàs equivocado, y aun que si vaya al Santa Clara, odio a esas niñas al igual que tù. Dàme un piti anda.
-¿Hala, si eres de las malotas eh? ¿Entonces si te cojo esto vendrás detrás mío no?- me quitó el bolso y salió corriendo.
Me había caído bastante bien. Corrí detrás de él y nos perdimos por unos árboles, lo perdí de vista. Me senté en un banco a esperarle. No apareció y se había  llevado mi bolso pero no llevaba nada dentro importante. Me fastidiaba màs, que no tenía ni su número de teléfono, ni sabía dònde vivía ni estudiaba. Mientras que una ráfaga de viento recorrió mi cuerpo, presentí algo malo, y de repente gritos y sirenas empezaron a sonar. No sabía lo que era aquello, pero decidí volver al parque. Había una multitud de gente, me apresurè pero no conseguía ver nada. No sabía dónde estaban ni Helena, ni Samanta, ni Lucia.
Me agaché y ví una cadena de oro con una cruz, se me hacía familiar. Era la de Maikel, apartè a toda la gente y allí lo vi, tirado en el suelo con esa manta por la cabeza. Empecè a llorar, no sé ni cómo ni por què, pero había perdido lo único que me quedaba en mi familia, mi hermano no estaba. 

3 comentarios:

  1. Es muy duro perder a un ser querido, y mas si es lo que mas amabas en tu familia...
    lo siento mucho
    un besazo

    ResponderEliminar
  2. Hola! me encanta este capitulo, espero que cuelgues más.
    Besos :)

    ResponderEliminar
  3. me gusta la historia esta interesante espero que subas mas ^^

    ResponderEliminar